¿Puedo traerles (como Me ha sido asignado por el Gran Señor Maitreya) cierta comprensión acerca del Reino Angélico? Como Mi ilustre predecesor sobre su graciosa plataforma ha dicho, ¿Cómo describir las actividades de los Ángeles en el tiempo tan corto que podamos compartir? Pero, bueno, ¡trataré!
Dentro del hombre está el ámbito de la mente donde los Elementales, respondiendo al pensamiento, se convierten en la forma que es diseñada dentro de la conciencia. Dentro del hombre está también el gran mundo emocional que es el ámbito de los Ángeles, al cual Ellos responden amplificando cada Virtud, cada pequeña pulsación de Esperanza, Pureza, Paz o Amabilidad generada dentro del mundo del sentimiento.
La mente es el centro magnético para el Reino Elemental. El ámbito de los sentimientos es el centro magnético para el Reino Angélico. Llegará el día en que ambos se combinarán conscientemente dentro de la humanidad, y el hombre será maestro a través del control de las energías en sus sentimientos, unidas con un pensamiento preciso dirigido. De allí que se diga que el hombre es un “puente” entre los dos grandes Reinos. Llegará el día en que ese “puente” unirá nuevamente los tres Reinos – en adoración, en servicio, en evolución y en la Felicidad de Dios por la Eternidad.
El gran Reino Angélico vino a su Planeta Tierra primeramente como Protector, como Amplificador de las Virtudes de Dios. Los Ángeles vinieron después de que las sombras habían comenzado a cernirse alrededor de su planeta para traer dentro de Sus cuerpos brillantes, la remembranza de las Cualidades de Dios desde el Corazón del Eterno. Ellos se paran todavía dentro de las auras de los hombres y mujeres que están inmersos en sus propias creaciones humanas y, a través del Poder de Radiación, los ayudan a continuar dando un paso después del otro, moviéndose hacia adelante y hacia arriba hasta que amanezca el Día Cósmico cuando pueda darse más ayuda a esta evolución, y cuando el Fuego Sagrado llamado adelante redimirá la acumulación masiva de la efluvia en el ámbito astral y psíquico.
Como el Amado MaháChohán les describió recientemente, los Elementales aprenden y evolucionan a través de la imitación y obediencia controlada. Estas pequeñas inteligencias (los Elementales) crecen para convertirse en Devas y Constructores de la Forma, en los Grandes Espíritus que controlan las montañas y las sostienen en Su Patrón Divino. Evolucionan hasta llegar a ser Grandes Elohim, creando planetas y sistemas, y pueden convertirse en Guardianes Silenciosos de un universo o galaxia.
EVOLUCIÓN ANGÉLICA
Los Ángeles evolucionan primeramente a través del control de la radiación. Ellos aprenden a través del control de la energía hasta convertirse en Querubines, Serafines, Arcángeles y finalmente, en Grandes Seres que cuidan y protegen planetas, galaxias y grandes sistemas de mundos.
El amado Arcángel Jofiel, en Su Templo, trabaja con el Reino Angélico en forma bastante parecida a la del amado Pablo El Veneciano con el Reino Elemental. A los pequeños Ángeles se les enseña cómo atraer la radiación, como emular un sentimiento. El Deva o Instructor encargado irradia un sentimiento, digamos, de Fe. El color y poder de esa cualidad sale a través de Su cuerpo e instantáneamente es re-creada en los mundos de sentimientos de los pequeños Seres Angélicos, quienes juegan en Ella: y cual abejas que se agrupan alrededor de una flor disfrutando de su néctar, así Ellos absorben la cualidad de la virtud, riéndose en Ella y son felices. A medida que crecen, se alejan una corta distancia del Templo y la cualidad de la Virtud pasa a través de Sus cuerpos sin ningún impedimento ni control, haciendo pequeñas “estrellitas” como las que usan en la celebración de su Gran día de la Independencia.
A medida que aprenden a sostener durante un largo período en Sus cuerpos, la cualidad que les ha sido asignada, evolucionan en el control de la energía. Se les asigna, entonces, a un Deva Ceremonial o a algún Miembro experimentado del Reino Angélico que esté próximo a dirigirse a la atmósfera inferior de los habitantes de la Tierra. Se les pide que sostengan la cualidad (de Fe, en este caso) dentro de sí hasta que el Ángel Director señale a alguna corriente de vida que está necesitando Fe; y así, salen adelante en Su misión.
Algunas veces Son capaces de sostener la radiación por el período prescrito y otras veces, no. No es muy importante al principio, pero si son capaces de seguir adelante, bajarán a la atmósfera de la Tierra y el Guardián Silencioso de una ciudad los enviará a un hogar donde quizás una madre vigila el lecho de un enfermo, o donde haya alguna persona sufriendo de alguna forma. Él, entonces, instruye al pequeño Ángel para que libere la cualidad que ha sostenido en su conciencia dentro del mundo de sentimientos del necesitado, y presta así el servicio para el cual fue creado.
La Fe del Ángel es un regalo al ser humano. Los seres humanos sienten la presencia del Ángel en una oleada de nueva esperanza, de confianza; pero ellos no ven ni saben de su Visitante Celestial, y luego, habiendo cumplido con su misión, regresan raudos al aura protectora de Su Director – el contingente completo finalmente regresa rápidamente al Sol o Templo desde el cual salieron.
Los Ángeles crecen en sabiduría hasta que se les inviste con el suficiente control de la energía para mantener o cuidar de una casa, una iglesia, un hospital o algún asilo de alguna clase. Allí permanecen, atrayendo hacia abajo la energía de la Deidad para bendición de sus asignados, extrayendo de las energías de los habitantes de dicho lugar las oraciones que salgan y, de esta manera, la gente devuelve (quizás inconscientemente) un balance y bendición por el Amor y la Luz de Dios.
Como ven, el Reino Angélico se ocupa primordialmente de traer los regalos de Dios y son uni- puntuales en extremo. Si se les dice que traigan Fe, esa cualidad representa su entera conciencia. Los Ángeles encarnan la Obediencia. Prestan el servicio que se les ha asignado y regresan a Casa.
Ahora bien, otra actividad de la Hueste Angélica es expandir las virtudes que ya están presentes en la humanidad. No obstante, Ellos no están abrumados por este servicio, ya que, desafortunadamente, los vicios de la raza no están balanceados con las Virtudes. En su gran actividad, al comienzo de este poderoso servicio el cual será universal en el futuro, cuando ustedes se reúnen – oh, si tan sólo pudiera descorrer el velo y permitirles ver la Presencia y Poder de la Hueste Angélica a medida que trabajan para construir un edificio Espiritual ¡en cada clase y reunión! ¡Si tan sólo pudieran ver a los Constructores de la Forma del Reino Elemental, así como a los Ángeles del Ceremonial que se les unen!
Libro:Del Arcangel Miguel
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