(29 de Septiembre)
por: el Amado Maestro El Morya
Diario de El Puente Septiembre de 1958
El Amado Señor Miguel Príncipe de los Arcángeles, ha servido voluntariamente a toda vida aprisionada en la Tierra, sobre Su superficie y en Su atmósfera desde que el velo del maya fue tejido desde dentro de la conciencia externa de la humanidad.
Cuando los “rezagados” de otras estrellas y planetas fueron designados por primera vez a utilizar la Tierra como un Hogar Planetario, el Señor Miguel, sabiamente, comenzó Su preparación para defender la Fe en la Sagrada Voluntad de Dios a través de todas las almas que pertenecían a las evoluciones de la Tierra. Viendo las semillas de rebelión, discordia y descontento en la conciencia de aquellos retrasados –lo cual hizo imposible para ellos que pudieran evolucionar con sus propias estrellas y planetas- el Señor Miguel supo que el producto de tales semillas de imperfección encontraría base temporal en las otras corrientes de vida que, hasta ese momento, sólo habían conocido la Bondad de Dios, y quienes amorosa, amable y reverentemente habían obedecido Su Sagrada Voluntad, sosteniendo de ese modo la atmósfera de la Tierra en un estado de Pureza y Gracia.
El Señor Miguel creó entonces Su Gloriosa Espada de Llama Azul, y siempre la ha utilizado eficazmente para cortar las creaciones humanas discordantes que, a través del contagio, la humanidad de la Tierra aceptó dentro de su propia conciencia y que posteriormente exteriorizó dentro de la atmósfera a su alrededor.
El Señor Miguel junto con Sus Legiones Ilimitadas de Ángeles, ha estado constantemente atento a cada oportunidad para liberar a los individuos de cualquier tipo de limitación y aflicción. Él ha llevado en Sus Propios Brazos a muchas almas fatigadas que han hecho la transición a través del cambio llamado muerte, hacia el Reino de los Durmientes; y Ha colocado a tales seres gentilmente sobre un lecho bajo la supervisión de un miembro de Sus Legiones, quién protegió a esa alma hasta que llegó el momento de despertar y de entrar a los Salones del Karma para el juicio en cuanto al uso que le dio a la Vida en la encarnación anterior.
El Propio Señor Miguel acompañó entonces a esa alma a los Salones del Karma, dándole de Su Coraje, Fuerza, Amor y Luz para que el alma fuera lo suficientemente fuerte como para presentar el registro de su propio “Libro de la Vida” durante una encarnación en la que, con frecuencia, las oportunidades fueron grandes, pero el uso de tales oportunidades para la bendición de la raza fue embarazosamente poco.
El Libro del Arcángel Miguel
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