Discurso del Arcángel Miguel

 

Diario de El Puente

 2 de Marzo de 1958

“YO SOY” Miguel, Servidor del Más Alto Dios Viviente, quién Me ha dado el Ser, la Individualización y la Oportunidad para co-crear en este y otros sistemas planetarios, Su propia Perfección. “YO SOY” Miguel, el Servidor de Su propia Luz, viviendo para liberar la Vida aprisionada doquiera que pueda encontrarse. “YO SOY” Miguel – Aquél que comanda las Huestes Celestiales a permanecer dentro de la atmósfera de esta Tierra y realizar esos Servicios bajo los Siete Rayos que son el aspecto particular de esos Rayos. “YO SOY” Miguel, quien Ama al Dios que los hizo a ustedes; quién ama a la Hueste Angélica que sirve Conmigo; y quien los Ama, Hijos Míos, a todos sobre este planeta Tierra y a todo el que pertenece a esta evolución. “YO SOY” Miguel, quien se ofreció a venir mediante el propio libre albedrío, a custodiar, guiar y proteger el destino de todos los individuos que pertenecen a este planeta Tierra. “YO SOY” Miguel, quién aceptó la mayor responsabilidad cuando la Tierra se convirtió en un salón de clases para los “rezagados” de otros sistemas y mundos; de proteger la Fe dentro de los Corazones de los hombres de toda apariencia discordante; y voy a quedarme aquí hasta que todo ángel aprisionado, toda la humanidad, todo elemental y toda cosa viviente conozca la Liberación completa; porque tal es Mi Amor por Dios; tal es el Poder Motivador de Mi Ser. Este Servicio es para Mí la única razón de ser. Este Servicio es ahora (y siempre será) devolver a Dios en Pura Perfección, esa parte de Vida que – mediante el uso del libre albedrío – escogió temporalmente los senderos que conducen a la discordia y aflicción.

Ha sido Mi Alegría, Mi Privilegio y Mi Honor a través de muchas, pero muchas eras haber custodiado la Chispa Divina – que es la Vestidura del Santo Ser Crístico de la gente que ha utilizado la Tierra como un salón de clases – y proteger esa Chispa, alentándola con Mi Propia Fe, Mi Propio Amor y Luz, sosteniéndola dentro del alma para que los individuos no pasaran por la “segunda muerte”. Mi esfuerzo consiste ahora en expandir esa hermosa Llama dentro de sus corazones mediante el aliento y la presión de todos los Ángeles, Seres y Poderes del Templo de la Fe – además de Mi Propia convicción y sentimiento del Poder de la Fe en la Bondad de Dios.

El Libro del Arcángel Miguel

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