<< Les saludo hoy en Nombre de la Presencia Universal “YO SOY” y de los amados Helios y Vesta, a cuya convocatoria respondí, ofreciendo el ímpetu Cósmico acumulado de mi Corriente de Vida, junto con el de Mi amada Lunara (Mi Llama Gemela), y de todas las ondinas bajo Nuestro mando. Nos ofrecimos a crear y sostener la sustancia del Elemento Agua sobre el Planeta Tierra.
<< Durante aeones, cada uno de los Directores de las Fuerzas de los Elementos ha recibido la oportunidad de desarrollar el poder de precipitar ciertas sustancias, así como el poder de controlar dicha sustancia y a aquellos Seres que se ofrecieron a servir con Nosotros doquiera que Nosotros escogiéramos ofrecer Nuestros Servicios. Otras Grandes Inteligencias también respondieron al llamado de Helios y Vesta para el servicio de crear el elemento agua para la Tierra pero, debido a ciertos ímpetus y afinidades en Nuestras corrientes de vida, la amada Lunara y Yo fuimos los escogidos para crear y gobernar el Elemento Agua, el cual conforma un amortiguador para la superficie de tierra de este Planeta. También compone la mayor parte de sus cuerpos físico y emocional.
<< Toda maestría requiere del control consciente de la rata de acción vibratoria de cada electrón que ha de ser usado para un propósito específico. Así, para crear la sustancia que ustedes conocen como agua, era necesario que Nosotros hubiéramos aprendido a utilizar conscientemente Nuestro poder creativo de pensamiento (para hacer la sustancia del agua) y Nuestro poder de sentimiento para sostener la cualidad armoniosa de esa sustancia y los Seres que trabajan con y a través de dicho Elemento.
<< La acción vibratoria de la sustancia requerida para el Elemento Agua de la Tierra en el momento de la creación, era mucho más rápida de lo que lo es actualmente. La aguas de los bellos océanos, lagos y ríos entonces eran cristalinas e iridiscentes. Las aguas literalmente “cantaban” y contribuían a la música de la bella atmósfera de la Tierra. Las ondinas estaban felices de servir en un elemento tan bello y, en verdad, sólo reinaba la Paz en el Reino en que servíamos. En aquel entonces, la gente de la Tierra amaba el agua y gozaba de sus servicios de purificación y refresco, así como navegaban felizmente sobre su superficie. A su vez, las ondinas y los electrones que componían el Elemento Agua amaban a la humanidad y gozaban sirviéndola.
<< Por razón de que los cuerpos emocionales de la humanidad estaban contentos, reverentes,
puros y libres de discordia, la gente se movía sin esfuerzo sobre la Tierra (al no haber peso o energía mal calificada que rodeara a los electrones en sus cuatro cuerpos inferiores), particularmente en sus mundos emocionales. Era verdaderamente una era de satisfacción y paz en amorosa asociación entre ángeles, Maestros, la humanidad de la Tierra y el Reino Elemental. Es en pro del re- establecimiento permanente de esta Era que estamos sirviendo a modo cooperativo en este “Empuje” Cósmico hacia la purificación de todos los Elementos en la Tierra, sobre Su superficie y en Su atmósfera.
<< Después de darse la contaminación de la conciencia de la humanidad por la llegada de los “rezagados” de otras Estrellas, se hizo necesario que los Directores de los Elementos disminuyeran la acción vibratoria de sendos Elementos para poder ser eficaces con la nueva baja vibración de la gente de la Tierra. Esto requirió de la maestría que les acabo de mencionar (cambiar la rata de vibración de los electrones y átomos en el Elemento Agua, sin dejar de mantenerlos armoniosos) aún en la medida en que el lento y elegante ritmo del vals es tan armonioso como los rápidos ritmos arremolinados de las danzas de las grandes Salamandras y Sílfides son himnos de alabanza a Dios por el sólo regalo y uso de la vida misma. Aunque la sustancia de los diversos Elementos había sido conformada al uso de los cuerpos cada vez más densos de la gente de la Tierra, la contaminación en sí de los Elementos Aire, Agua y Tierra fue efectuada....¡por la misma gente que eran los invitados sobre este Planeta!
<< De allí en adelante el control de las Ondinas, la obediencia natural del Elemento Agua en la subida y bajada de las mareas, etc., requirió de mucho más poder de parte Nuestra. La rebelión natural surgió entre ellos producto de la contaminación innecesaria del Elemento Agua, y sólo una gran paciencia y un hercúleo control Divino evitó que las aguas de la Tierra sumergieran a la humanidad malagradecida.
<< Sólo en aquellas instancias en que la Ley Cósmica ordenaba la necesidad de actividades cataclísmicas (mediante las cuales superficies secas eran misericordiosamente hundidas bajo los mares para su purificación) fue que le dimos libertad al Elemento Agua para que esparciera su cortina de sustancia purificadora sobre la tierra contaminada.
<< También Nosotros somos obedientes a la Ley Cósmica, y actuamos bajo la dirección Divina. También Nosotros extraemos desde la Fuente Única cualquier poder específico que sea necesario para servir en el Elemento a través del cual Nos ofrecimos a asistir a la Vida. El Agua está ordenada por el Dios de Todos como una amiga del hombre. ¿Es el hombre tan amigo del Elemento Agua? ¡Mediten sobre eso!
<< Tal cual les dijera anoche la amada Astrea, el uso por la humanidad de los Elementos varios para servir un propósito destructivo siempre trae una reculada sobre el yo personal. La Ley de Causa y de su último Efecto sobre su creador es inexorable, excepto cuando la expiación de la causa y del efecto puede ser invocada y utilizada por aquellos que aman a su prójimo lo suficientemente como para invocar dicha expiación.
<< Amados Míos, muchas atrocidades han sido cometidas por la humanidad de la Tierra usando el Elemento Agua para extinguir la vida (mediante el ahogo, etc.), no sólo de seres humanos sino de animales también. Muchas corrientes de vida han participado en guerras en las cuales muchos barcos fueron hundidos y un gran número de personas desencarnaron en medio de un gran sufrimiento y de miedo extremado. Estos registros permanecen todavía dentro de los cuerpos etérico y emocional de esos que han encarnado ahora aquí, así como dentro de los vehículos internos de muchos que no han nacido todavía. El miedo al Elemento Agua surge de haber naufragado y haberse ahogado, o de haber participado en causar a otros experiencias angustiosas como éstas. En algunos lugares específicos en que muchos barcos se han accidentado, se
encuentran los éteres llenos con los lamentos y quejidos de aquéllos que hace rato han pasado a vidas más felices y quienes, misericordiosamente, no recuerdan ya estas tragedias. Estos destructivos registros etéricos forman vórtices de angustia en los cuales nacen los huracanes, los tifones y las temidas tormentas >>.
Libro: Los Maestros Ascendidos escriben el libro de la vida
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